El mayor sistema electoral establecido en Occidente ha sido exaltado por la modernidad como la cúspide del pensamiento político y el fin último de toda Nación, tanto que juzgamos a quienes no poseen este sistema o hay dudas sobre su aplicación en ciertos países, pero es momento de hacerle un juicio para conocerla a detalle.
Una Constante Crisis
El tema de la crisis de la democracia ha estado en el centro de la discusión política contemporánea.
En primera instancia, se introduce la idea de crisis de la democracia a partir de la mirada de autores representativos del pensamiento político contemporáneo, quienes han hecho importantes contribuciones sobre la democracia y las dimensiones que constituyen su problema.
Así mismo, las relaciones institucionales dentro de la democracia, como:
- El agotamiento en cuanto a su capacidad de control
- La ingobernabilidad
- La ausencia de participación ciudadana
- La naturaleza sistémica de la crisis
- El déficit de crecimiento democrático
Estos problemas han generado grandes dudas frente a la suerte que pueda tener la democracia a futuro en sí misma.
Esto en los países netamente democráticos o los más característicos en los últimos tiempos, dicha crisis se nos presenta como un modelo que necesita de una redefinición, en virtud de que sus mecanismos tradicionales lucen débiles para garantizar el equilibrio de sus estructuras y de los poderes.
El método democrático es el sustituto funcional del uso de la fuerza desmedida para la solución de los conflictos sociales
(Bobbio, N. "La crisis de la democracia y la lección de los clásicos" 1985, p. 12),
Es por ello, que encontramos planteamientos como los de Norberto Bobbio.
Sobre los tres momentos del Estado, a propósito del de naturaleza, de derecho y democrático, los cuales resultan de gran importancia/preponderancia para la comprensión de la crisis de la democracia, en razón a las motivaciones que incidieron en su evolución de una etapa a otra respectivamente.
Para Bobbio, las amenazas a la democracia vienen de su propio seno, a saber: la ingobernabilidad, la privatización de los espacios públicos y el poder oculto.
Leer: ¿Qué pasa cuando un país pierde confianza en sus instituciones?
La decadencia de una potencia democrática
La crisis del sistema político norteamericano es sumamente profunda y palpable, es por ello que esta carrera hacia la presidencia resulta bastante significativa, pues ha quedado al descubierto que no sólo los países subdesarrollados están presentando divergencias entorno al sistema democrático.
Sin duda alguna, ambos candidatos con miras a la presidencia de este país, Trump y Biden con sus atributos y sus matices, con sus virtudes y defectos, son expresiones palmarias de esa situación.
Algunos guardan esperanzas en que, como un filme de Hollywood, las cosas se arreglarán mágicamente y aflorarán al menos, en dosis minúsculas los tradicionales valores políticos y democráticos que transformaron a EE. UU. en la democracia más sólida y destacada de la tierra.
Pero, como es evidente, hace varias décadas que la política norteamericana entró en un cono de sombra: un proceso de degradación no lineal pero continuo que parece no tener fin. Y es muy probable que esta elección, independientemente de su resultado, ahonde esa tendencia.
(Donal Trump y Joe Biden)
Aspirantes a la Presidencia U.S.A.
Los votantes han tenido que percibir ambientes que no dejan mucho que desear frente a la suerte de los Estados Unidos, pues la mayor preocupación es la extremidad de ambos candidatos, pues sin duda alguna, estos ciudadanos no hallan en ellos valores que les permita identificarles como candidatos adecuados para asumir la presidencia de una potencia mundial, de la cual depende la suerte de muchos Estados.
Un camino hacia la recuperación
El agotamiento de la democracia debe verse desde la perspectiva de un debilitamiento de su ejercicio, mas no del sistema propiamente.
La sociedad naturalmente toma distancia cuando la institucionalidad democrática hace a un lado sus intereses primarios para favorecer los de quienes detentan el poder. En un ambiente de desconfianza o de desmotivación, la clase política hace uso de todos los mecanismos posibles para lograr la participación cívica, que, vista desde la perspectiva de la postdemocracia, se puede expresar en la manipulación masa-mediática.
La democracia participativa puede ser vista como una de las consecuencias más importantes de las disfunciones de la democracia representativa; sin embargo, no por eso deja de tener sus detractores, que ven en el participacionismo una medida insuficiente para la reconquista del ideal democrático.
La participación pretende rescatar algunos de los fundamentos de la democracia originaria, resultando claro que procedimentalmente es inviable, por lo que su construcción requiere adaptarse a los espacios de una nueva relación Estado-sociedad, marcada por el impacto de la globalización y la ampliación del modelo económico capitalista.
El sistema democrático adquirió legitimidad en su capacidad para apoyar a valores como la justicia, la solidaridad y el desarrollo general de la sociedad.
No hay precedentes históricos para prever ¿Qué va a pasar? en circunstancias en las que los ciudadanos viven un deterioro social y económico desde hace décadas y los jóvenes no ven un futuro claro. Pero sí que hay precedentes históricos que nos dicen que las sociedades en crisis pueden caer fácilmente en regímenes populistas y autoritarios, especialmente si las élites ricas apoyan ese camino.
Una lucha americana
Sin duda alguna la suerte de los Estados Unidos depende de la capacidad y la voluntad legitima de los ciudadanos para decidir el curso de este proceso y los retos que debe asumir quien gane esta contienda electoral.
Teniendo en cuenta que esto se va a edificar un camino hacia la reconstrucción o la definitiva destrucción de la democracia, a saber, que se recibe un país sobreviniente de una pandemia que ha dejado cifras devastadoras a nivel mundial, con un sistema de salud al borde del colapso total.
Así mismo, cifras de desempleo, desigualdad y migración elevadas; además de esto, se requiere una total preparación para situaciones que surjan a raíz de la pandemia del COVID-19.
Es evidente que la proximidad de problemas económicos no está muy lejana de alcanzar a los Estados Unidos.
De igual forma, la cuestión ecológica plantea un desafío radicalmente nuevo para la democracia. Este factor, ha modificado nuestra escala temporal y geográfica. Dicho reto consiste en encontrar mecanismos y dinámicas para representar a las generaciones futuras, algo que las elecciones y su enfoque en el corto plazo no son capaces de hacer, o por lo menos, no ha demostrado con suficiencia.
Por ahora, debe estar claro para todos que el sistema democrático se descompone y necesita ser reparado. Pero esta democracia en declive, con tan pocos estadistas (verdaderos hombres de Estado) y tantos “políticos”, ¿será capaz de proporcionarla? ¿Será capaz de contribuir a la defensa de la democracia y la participación ciudadana? Esta es una cuestión que, por desgracia, necesitamos empezar a afrontar.
Autoría: Erika León Fuentes
Revisión: Sobran Las Presentaciones
Edición: Andrés Correa
Sobran Las Presentaciones se encarga de compartir contenido para el aprovechamiento del tiempo libre.
Fuentes Consultadas
2 Comentarios
Es una crisis que no tardará en golpear fuertemente a nuestro país, es hora de ir pensando en una reestructuración, tendiente a la recuperación del sistema.
ResponderBorrarEstados Unidos tiene además el Sistema electoral más paradigmático con lo de los colegios electorales y tiende al bipartidismo, lo que lleva a que hayan más que todo movimientos que después apoyan algún político.
ResponderBorrar