La lógica, la ética y la política; juntas y enredadas en las discusiones diarias de la gente preguntándose si lo que dicen tiene sentido, si han hecho lo correcto y si su gobierno es justo. Estas cuestiones pueden entenderse si miramos más al fondo de un saber que les da de beber a todas: La filosofía.
(La siguiente entrada, corresponde a la segunda parte de un ensayo realizado en este blog, con el objeto de conmemorar el día internacional de la filosofía)
La ética en el mundo de la filosofía
Otro de los sectores del saber, en donde la filosofía tiene un campo de acción privilegiado es en el mundo de la ética, que cuenta con cualesquiera pensadores, sistemas, propuestas y miradas entorno a la moral y a la ética misma.
Aquí resulta pertinente precisar, que se tratan y estudian en la actualidad como dos fenómenos distintos:
- Ética entendida como (ethos, del griego carácter, costumbre), una rama o disciplina propia de la filosofía que tiene por objeto el estudio de los actos humanos, como resultado,
- y como acto en función de una comunidad o grupo socialmente constituido, al igual que, de una moralidad; por consiguiente, le interesa la conformación de los sistemas éticos.
Leer: La ética en los tiempos donde se ha abandonado
Precisiones acerca de la moral y la ética
En el caso de la moral, entendida como una subdisciplina, o área que constituye rangos sobre los que una ontología regional -ejerce dominio-, es decir, la ética. En el caso de la moral, esta se vincula con la axiología -más allá de un estudio sobre la diferencia entre lo bueno y la malo-, hoy ya se hablan de escalas o teorías de los valores a partir de la axiología (disciplina especializada en tal aspecto);
Lo crucial aquí es que el trabajo filosófico, no se ha agotado pues hay vetas considerables del conocimiento sobre las cuales la filosofía en particular, está en plena capacidad de hacer aportes a debates aun no acabados, tales como: bioética, ética ambiental, teoría de los valores, deontología, pragmática, ética existencial, discursiva, y cívica.
Ahora bien, con la coyuntura actual se hace necesario -pensar en la posibilidad de encarar- una ética en tiempos de pandemia, así como una “ética post - pandemia”. La pregunta crucial del saber filosófico, en dicha parcela del conocimiento, no se agota y se volcará de forma perenne sobre la: Acción humana y la constitución del ethos, escenario cuya apertura sistemática se remonta a Aristóteles hace más de 2000 años.
Sobre la política, la filosofía y el poder
En el caso del presente círculo de la actividad filosófica, hay mucho camino recorrido, como es conocido la filosofía en sus inicios se interesó por reflexionar en torno al fenómeno político, (ello en el mundo griego clásico), en concreto, sobre el Poder.
Sin ánimo de restringir la episteme, de la ciencia política (Ciencia que tiene por objeto concreto, el estudio del poder y los fenómenos políticos con arreglo a unos métodos especializados), vamos a recapitular el llamamiento que tiene la filosofía en este ámbito, toda vez que, sea necesario examinar la pertinencia de lo que se conoce como filosofía política.
La pregunta inicial, que debe afrontar la filosofía política, reiteramos, como -una disciplina filosófica especializada- recae sobre el estudio de las relaciones de poder entre las ciudadanías, las sociedades, los partidos políticos, y el Estado...
...al igual que, sobre los fines perseguidos en la actividad política, aquello que redunda en la construcción de un debate sesudo y cívico en torno a problemas sobre el poder, la justicia, la teoría política, la constitución de los sujetos políticos, los mecanismos de participación ciudadana, así como en las instituciones, los actores que inciden en la toma de las mismas; y en general, sobre el complejo fenómeno que tiene por nombre: poder público (Ello desde una perspectiva arada y contemporánea de lo que significa la voz Estado).
Toda vez que hay quienes, entienden la política como “lucha por el poder público”, discusión que se desarrolla con una calidad descollante por parte de la tradición liberal y contractualista moderna, ni hablar de la contemporaneidad. Donde una pléyade de filósofos y pensadores han discutido sobremodo acerca del qué hacer de la política dentro de la constitución de sociedades liberales, democráticas y abiertas diríamos en palabras del pensador Karl Raimund Popper.
Efectuadas las anteriores precisiones, ¿Cuál es el aporte del saber filosófico en dicha materia? Bien, retomemos el problema del poder público y su materialización que acontece en la vida en comunidad. Desgajemos el poder público en dos frentes epistémicos, para efectos de que nuestra reflexión no se extienda más de lo necesario, estos son:
- a) Ciencia del Estado (Organización del Poder político- estatal y del fenómeno en donde individuos se agrupan en formas humanas, se extienden lazos de colectividad, generalidad y finalidad), al igual que, se desarrollan las instituciones gubernamentales, se ejecutan leyes, se organizan colectivos, partidos entre otras acciones ciudadanas.
- b) Ciencia del poder, (actitud y característica esencial en la que un individuo o conjunto de estos, ejerce o impone sus preferencias/intereses de manera consensuada sobre otros, quienes aceptan aquellos dictámenes), al menos, en las sociedades democráticas, según las cuales, el poder lo ejerce por voluntad las mayorías populares. Es decir, el pueblo de donde mana la soberanía y el caudal electoral.
A título de glosa, diremos que, si bien se sostiene el planteamiento de que el poder público se trata de una potestad exclusiva del Estado, ello no quiere decir que no sea asunto de interés e impacto del conglomerado social, es decir, de las ciudadanías.
La política y el poder público
Pues como precisamos, la política se considera como una lucha por el poder público, al cual tienen acceso los sujetos políticos, esto poder medio de los mecanismos de participación ciudadana y los cargos de elección popular entre otros. Ahora bien, al punto que perfilamos la discusión es que la sociedad organizada por sí misma, no podría constituirse política y jurídicamente para convertirse en un Estado, (en el sentido estricto del término).
Los sujetos políticos participan en el desarrollo del Estado |
Ello sin la existencia de un poder público, de una autoridad plena y soberana, respetada por el conglomerado, según afirma el profesor Vladimiro Naranjo Mesa. Este análisis nos lleva por derroteros nebulosos, pues perfila sus contornos sobre la reflexión del denominado principio de legalidad, objeto que no hace parte de nuestra elucubración; y que integra un excurso sobre la filosofía del Derecho, esto en el debate entre legalidad y legitimidad.
Al que someramente, manifestamos la filosofía, también tiene un campo de acción abierto y fundamental, pero que no pertenece al edificado por este proyecto, sólo subrayamos un papel transversal entorno a este ámbito de discusión.
La Ética para mí y Política para los otros (alteridad)
Resumo, de conformidad con los argumentos y la hipótesis de trabajo suministrada, a saber, que la filosofía posee una relevancia per se (Por sí misma), tanto que escapa a la irrisoria proposición de interrogar sobre su utilidad e importancia; pues tales cualidades las damos por sentadas en la naturaleza misma de la cuestión; vamos un paso adelante, y nos orientamos por subrayar las regiones temáticas concretas, que a nuestra manera de ver, son fundamentales en la actualidad del saber filosófico (Somos conscientes de que existen más, pero dentro de nuestra propuesta argumentativa, elegimos tres). De la elucubración adelantada, recogemos los siguientes planteamientos de cierre:
- La filosofía tiene campo de acción en la lógica pues, a su cargo se encuentra el desarrollo de las habilidades y formas del pensamiento lógico, así como la construcción esquemática de este. Diríamos por qué no, un orden sistemático del pensar.
- Tiene lugar en el mundo de la ética, pues a su cargo está el ejercicio y evaluación de las acciones humanas en comunidad; de acuerdo con unos códigos y sistemas que brotan del propio ethos. Es en otras palabras, es un saber práctico para la vida misma.
- Finalmente, tiene un influjo innegable en el terreno de la política, toda vez que a su cargo está la emisión de juicios, la contribución para constituirnos como sujetos políticos, críticos, reflexivos y constructivos del fenómeno del poder. Así como para desarrollar la vida, a través de la acción con arreglo a fines; contribuye sobre modo, en la construcción de democracias y sociedades pluralistas, que respeten -la diversidad y la cultura- de los derechos humanos.
Asegurando, la posibilidad de una vida en comunidad, con arreglo a fines y medios, que se valga del poder social y del poder público; cuya garantía nos la provee el cogobierno. Se entiende pues, que se trata de un saber no sólo contemplativo, sino que repercute en la praxis.
De allí que este texto, lleve por título el término “elogio”, pues sin ánimo de sonar arrogantes, consideramos que el presente ejercicio se aproxima a la construcción de un discurso favorable, en torno a las cualidades, méritos y sobremanera el lugar que ocupa la filosofía, más allá de la ciencia e incluso de otros saberes humanos.
Por supuesto, no podemos dejar de resaltar lo absurdo de la cuestión, cuando no aquello que nos lleva a la aporía de interrogarnos con la pregunta: ¿Sirve para algo la filosofía?
Autoría: Fernando Hernández
Revisión : Erika León Fuentes
Edición: Erika León Fuentes- Andrés Correa
Referencias
(1)Haciendo la salvedad de que este escrito no versa sobre el fenómeno del poder público, por tratarse de un objeto de la iusfilosofía y del derecho público sobremanera, presentaremos una pequeña noción de este, para efectos de contextualizar el quid de la discusión. Poder público, se trata “esencialmente de una facultad del Estado, a través de la que ejerce la dominación del conglomerado social y políticamente constituido (la población), y que desarrolla tales funciones, de acuerdo a competencias según los órganos con los que cuenta para materializar y cumplir las decisiones y mandatos que ordena la constitución, el pueblo y la ley”. *Así mismo, se trata de uno de los "elementos constitutivos y fundamentales del Estado contemporáneo, esto es del “ejercicio soberano y de dominación que desarrolla el Estado sobre el conglomerado social, jurídico y políticamente constituido sobre un determinado territorio, también sea dicho por medio de una autoridad facultada" que ejecuta sus funciones a través de sus propios órganos especializados. Entiéndase como -elemento formal del Estado-, o también prerrogativa estatal exclusiva. Lo anterior, lo argumentamos de la mano del tratadista Vladimiro Naranjo Mesa, (Teoría constitucional e Instituciones políticas, 2018. TEMIS, 13ra. Edición, Págs. 129 - s.s. en: “Poder público elemento formal del Estado”).
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