Economía en pareja: Vidas Juntas, Bolsillos Separados


Economía en pareja Vidas Juntas Bolsillos Separados Sobran Las Presentaciones


En la vida como pareja, uno de los temas que causan mayor controversia es el tema económico. ¿Cómo solventar los gastos? Aquí te contamos...

Muchas parejas, cuando deciden compartir sus vidas juntos,  poco se fijan en este aspecto, pues inicialmente se remiten a revisar factores como la afinidad, pasión, gustos y todo aquello que hace posible la conexión con la otra persona. 

Aunque suene un poco visceral, es importante la determinación del factor económico y cómo se ajustarán los gastos y deudas a partir de su convivencia. ¿Pero qué tan relevante resulta este aspecto dentro de la relación?

Vida en pareja y consolidación de proyectos en común


Vida en pareja cocinando Sobran Las Presentaciones


La familia, cualquiera que sea su forma o estructura, es considerada como una institución y como la célula primaria y básica de la sociedad en la que se realizan una serie de funciones que tienen la finalidad de cubrir las necesidades afectivas, emocionales, económicas, educativas, biológicas, sociales, políticas y culturales de sus miembros.

Es por ello que, desde que nacen, todos los individuos forman parte de esa institución social, que es el escenario donde aprenden pautas de comportamiento que reproducen al exterior

Sin embargo, al convivir en pareja, dichas pautas se reestructuran y modifican de acuerdo a las circunstancias de la diaria convivencia, la cual marca límites, intimidad y poder en las interacciones. 

Cuando se consolida una relación y se toma la decisión de vivir con la otra persona y crear un proyecto de vida en común, ambos miembros de la pareja deben aprender su nuevo papel de cónyuges y/o compañeros (as), para encarar cambios importantes en su estilo de vida y en el sistema de seguridad emocional de cada cual a fin de lograr un acoplamiento entre ambos.

Es entonces cuando se conoce la verdadera personalidad de la pareja y resaltan las similitudes y las diferencias que existen entre ambos, pues provienen de familias con creencias y necesidades diferentes. 

Posibles crisis matrimoniales y/o de pareja 


Hay muchos estudios que confirman que un alto número de parejas terminan sus vínculos amorosos porque no logran llegar a acuerdos para manejar la economía familiar


Pues hay algunos que prefieren optar por cuentas conjuntas, en cambio para otros este tema resulta de gran ofensa, pues termina cruzándose con prejuicios sociales que afectan gravemente la vida en pareja.  

Mantener la economía en la pareja de una manera saneada ayuda mucho a que la relación maneje una estabilidad y las cargas se distribuyan de manera equitativa, esto significa planificar bien y con transparencia, así como tener suficiente cantidad de dinero para hacer frente a imprevistos y a los gastos del día a día (casa, agua, electricidad, impuestos, niños, etc.). 


¿Por qué hablar de economía en pareja?


La economía afecta a todos los aspectos de la vida y, por lo tanto, también a la relación amorosa. Influye principalmente en varios aspectos como:

  • En la toma de decisiones: En nuestra sociedad, quién tiene el dinero es quien decide, aunque en circunstancias normales los papeles se pueden repartir y cada miembro de la pareja se especializa en áreas distintas, por ejemplo, uno se ocupa de los gastos de la casa, otro del coche, las vacaciones se asignan principalmente a uno de ellos, etc. Pero, finalmente, quien tiene la fuente del dinero tiene el poder último de decisión.
Pareja tomando decisiones Sobran Las Presentaciones


  • En la forma de compartir la vida: La pareja es una unidad social y ha de tener una economía propia y bien establecida. Que exista un dinero en común y se tomen las decisiones sobre él en conjunto y por consenso es un elemento fundamental en el funcionamiento de la pareja. Cómo se aporta ese dinero en común depende de las características de cada pareja.

No hay que olvidar que, incluso en el régimen de separación de bienes cada miembro del matrimonio tiene la obligación de contribuir a la economía de la pareja de forma proporcional a sus ingresos.

Una diferencia importante entre la separación de bienes y el régimen de gananciales es que las ganancias de cada uno de los bienes privativos son propios de cada compañero (a)  y no quiere de autorización para disponer de ellos, es decir, la separación de bienes da una independencia a las partes en el manejo de sus bienes. 


En algunas ocasiones las diferencias entre los bienes puede resultar significativa; si es muy grande, en la separación de bienes, el miembro de menos recursos de la pareja puede sentirse “agradecido” al otro por su generosidad. Así queda la relación económica clara y explícita.

En el caso de bienes gananciales, el que más ingresa “cede” al otro la diferencia y lo hace implícitamente, el de menor recursos tiene derecho a la mitad de los ingresos. Cuando las diferencias no son muy grandes el régimen solamente influye en la forma de compartir la vida.

¿Cuentas conjuntas o cuentas separadas?


La economía en pareja no deja funcionar al igual que una empresa, en la cual existen socios que aportan y ganan de la misma forma (de ahí entender que el matrimonio es un contrato y por lo tanto entre los cónyuges no existe parentesco) . Normalmente todo debe tender hacia la equidad. Frente al caso concreto puede optarse por dos opciones: 

  • Cada miembro, independientemente del sueldo, aporta el 50% de sus ganancias a un fondo común para pagar gastos y todo lo que conlleva mantener un hogar. 
Pareja en sociedad Sobran Las Presentaciones


  • Cada miembro de la pareja aporta el 50% de los gastos, independientemente del sueldo del sueldo. 

Ambas opciones pueden ser acertadas, de igual forma todo dependerá de la independencia que cada uno quiera tener en la relación. 

Pues en el primer caso, todo es más compartido y puede potenciar el capital general a largo plazo de una forma muy exitosa, pero no fomenta tanto el espacio personal. 

En el segundo caso, sí lo fomenta y da lugar a que una persona pueda decidir mejor qué hacer con su propio dinero. 


Independientemente, de la forma que se decida revisar y/o adoptar, lo importante es dejar muy claras, explícitas y legalmente respaldadas las relaciones económicas entre los miembros de la pareja, porque de esta forma puede evitarse inconvenientes futuros en la relación y claramente no se puede dejar a un lado los demás componente que fomentan la vida en pareja, pero si debe generar un grado de importancia la forma es que se organizan económicamente. 


Autoría: Erika León Fuentes
Revisión: Eliana Vargas
Edición: Erika León Fuentes y Andrés Correa

REFERENCIAS 


Barragán, M. (1976). Interacciones entre desarrollo individual y desarrollo familiar. Revista Mexicana de Psiquiatría Infantil, Monografía 1, 174-206. 

Esquivel, H.M. y Flores, A.R. (2004). La familia desde una perspectiva sociodemográfica. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 7(1), 33-49. 

Vargas, F.J., Ibañez R., E.J. y Jiménez, R.D. (2004). El conflicto marital: alternativas de análisis conceptual y sugerencias de intervención. Alternativas en Psicología, 9(10), 58-67. 

Walters, M., Carter, B., Papp, P. y Silverstein, O. (1991). Hacia una perspectiva feminista en la terapia familiar y parejas. Cuestionario para terapeutas matrimoniales. Buenos Aires: Paidós Argentina.


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1 Comentarios

  1. Resulta relevante dentro del contexto constitucional y del derecho de familia, (tal y como se expresó en la columna) el concepto de "contrato" frente al matrimonio; entendido este como un acto solemne, con la finalidad de crear una sociedad conyugal, o también patrimonial, en el caso de los compañeros permanentes. En lo tocante a la idea de que esposos, no son parientes, (toda vez que, no se encuadran dentro de las estructuras y tipos del parentesco: consanguinidad, afinidad, y civil) es una anotación clave que no desdiviniza a la familia, por el contrario, la hace más plausible y le otorga un valor real. Sin embargo, tanto cónyuges, como compañeros permanentes, cumplen con lo estipulado en el artículo 42. De la Norma Jurídica Fundamental, que reza: "La familia es el núcleo e institución básico de la sociedad", de allí se entiende que tener un familia implican obligaciones, responsabilidades y facultades compartidas, dejando como -imposible-que quienes comparten vida y proyectos comunes, desarrollen cuentas y gastos separados.

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