Vivir pagando deudas o morir en el intento




¿Han sentido que el dinero no les alcanza y que cada vez pagan más y gastan menos? Esta realidad hace parte de la vida de muchos colombianos que viven su vida al día, subsistiendo en la sociedad "moderna" y saliendo adelante para un mejor futuro, pero algunas historias terminan en tragedia, como la de Jessy Paola Moreno.

Jessy Paola Moreno, era una madre de la ciudad de Ibagué, Colombia, quien vivía su vida junto a su hijo May Nicolás Ceballos, juntos, el pasado 6 de febrero, la madre saltó de un puente cerca a Tolima, acabando con la vida de ambos



Jessy Paola Moreno 

Es la historia de una mujer colombiana, de 32 años, pujante, de las que algunos catalogan coloquialmente como "madre luchona", porque se hacía cargo de su hijo y trabajaba por ambos, sin embargo, pudo más la desesperación por la deudas de los llamados "gota a gota", prestamistas informales con altas tasas de interés y usura en el país, que no esperan ni tienen paciencia ante la demora de un pago.


A las 8:00 a.m. las autoridades reportaron que una madre y su hijo cayeron del puente en construcción La Variante, después de varias intentos por parte de policías, bomberos y asistencia psicológica para hacerla desistir.

Frustración e Impotencia



Lágrimas y frustración, son las reacciones que se pudieron ver en las autoridades y personas que trataron de impedir el desastre. Era un ser humano que no merecía un final tan cruel, ni ella ni su hijo. Aunuque vida ponga dura y en ocasiones se piense que “no hay más opción”, recordemos que siempre hay razones para vivir. Y en el caso de esta mujer, su hijo Nicolás era el impulso para vivir, quien tuvo que moriri por las malas decisiones de su madre, termino pagando las consecuencias, pues no le correspondía morir, fue obligado. Esto pone en duda el lenguaje femenino para refirse a este tipo de muertes ocasionadas por la madre, en la que se utiliza el término "suicidio ampliado" para referirse a una situación que implico la muerte, incluso contra la voluntad del niño.
May Nicolás Moreno y su madre

A pesar de los intentos de persuasión del niño hacia su mamá, la señora desesperada y convencida de su decisión no lo escuchó, así como tampoco quizá escuchar a las personas que intentaron disuadirla, no sirivió de ayuda ni policías, ni bomberos, ni los particulares presentes, estaba convencida de su decisión y de que su hijo estaría mejor con ella.

Tan solo una de tantas

Evidentemente, estos actos reflejan la situación del país en materia política, social, económica, de empleo, de equidad, justicia, seguridad, de solidaridad, entre otras cosas porque la gente no tiene como pagarle a los llamados “gota a gota” y es tanta la presión que ejercen estos delincuentes de forma violenta o atentando contra la dignidad de la persona.
Guillermo Alfonso Jaramillo, alcalde de la ciudad, aseguró que las deudas con unas personas que prestan dinero bajo la modalidad ‘Gota a Gota’, sería una de las principales causas por la que tomó esta decisión. “Dos de los casos que se presentaron recientemente tiene que ver con deudas, con el ‘gota a gota’, que se convirtió en una situación terrible. Esta señora madre soltera, estaba desesperada ante la presión por estas deudas”, aseguró el mandatario.
Guillermo Alfonso Jaramillo, alcalde de Ibagué

Sin embargo, recientes investigaciones apuntan a que en verdad la decisión la había tomado días antes y se debía a un cuadro de depresión severo y a problemas económicos de los cuales no encontró apoyo ni en familiares, amigos o la iglesia a la que asistía. Se sintió sola y desprotegida al punto de tomar aquella decisión.

¿Cómo es el modo operandi de los “gota a gota”?

El denominado cobro gota a gota ha sido catalogado por las autoridades en el ranking de modalidades de captación de dinero de manera ilegal en la posición número 17, distribuido en dos líneas de delito: extorsión y usura. Los prestamistas en la mayoría de casos cobran intereses entre el 20 % y 25 %.
Por ejemplo, María de 40 años, paga el semestre de universidad de su hija, el préstamo de un carro y el arriendo del negocio en que trabaja hace más de 10 años. En 2015 decidió ampliar su negocio pero al solicitar el préstamo al banco le fue negado por estar reportada en Data Crédito.
“En los créditos gota a gota, si le prestan $1’000.000 termina pagando en 60 días $1’200.000. Lo adquirí porque en el momento en que lo necesitaba no encontré quién me los prestara (…). Las condiciones es que si usted no regresa el dinero, paga con la vida”. Por lo anterior, la gente muchas veces se ve sin escapatoria a las consecuencias de no pagar, pues al ser negocios al margen de la ley no se puede esperar mucha compasión.

El presidente del Grupo Bancolombia, Carlos Raúl Yepes, aseguró que el pago diario por este tipo de créditos estaba en niveles de 7%. Así mismo, señaló que los prestamistas se adueñan de las tarjetas débito para cobrar la deuda. Los prestamistas los obligan a darles sus tarjetas débito con la clave. “Esa persona llegaba con unas 60 tarjetas al cajero y el día de nómina retiraba la plata que le debían las personas. Estamos hablando de créditos de $100.000 o $200.000”, explicó Yepes. 

Acostumbrados a vivir al día

Nuestra sociedad tiene un culto dependiente del dinero, en que vivimos para él y tan solo pasa por nuestras manos para ir a las de otros, pocas veces nos detenemos a pensar cómo obtenerlo sin sacrificar nuestra vida y sin ser esclavos de la moneda. Las deudas son la muestra de que en esta vida y en este mundo, por alguna razón nada nos pertenece y somos parte de algo más grande que nos cobra por seguir viviendo. Recordemos la película "El precio del mañana" (In Time, Andrew Niccol, 2011), portagonizada por Justin Timberlake y Amanda Seyfried, allí la moneda universal era el tiempo mismo y las personas vivían de acuerdo a su capacidad para obtenerlo día a día. Si el reloj en cuenta regresiva que tenían en sus muñecas llegaba a cero, morían inmediatamente, pero si lograban más minutos, podía tener una nueva oportunidad. Esto hizo que las personas con mayor poder adquisitivo vivieran cientos de años, mientras que los pobres no superaran los cincuenta. Y no había que preocuparse de la apariencia física, porque los cuerpos envejecían hasta los 25 años. Una distopía de dinero, juventud y riqueza eterna. ¿Cuantos vivimos tan solo para pagar un día más de existencia?
El precio del mañana (In Time, Andrew Niccol, 2011) Wallpaper 


“Todo acto tiene consecuencia, bien sea mala o buena”

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Autoría: Liana González
Edición: Andrés Correa


  




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